lunes, 14 de febrero de 2011

Cuéntame - (capítulo dos)


- Detesto despertarme temprano.
- Tenemos que hacerlo.
- Hazlo, tú. ¿Por qué yo?
- Si yo despierto, tú lo harás conmigo.
- Sí que eres muy jodido.
- Seguiremos esta rutina por la universidad.
- ¿Sigues empeñado en matricularnos en el turno de la mañana?
- Elige: O nos matriculamos en la mañana para poder llevar la laptop, o nos matriculamos en la noche y nos quejamos del tráfico de la tarde y de la noche.
- Okey, okey. Tienes razón.
- Sí que la tengo. Así que aguantate.
- Pero llevamos más de doce días despertándonos a las cinco o seis o siete de la mañana. ¿No podemos un día despertarnos a las nueve por lo menos?
- No, loco. Si hacemos eso, nos cagamos el horario.
- Mierda.
- ¿Recuerdas cuando vivíamos en San Miguel y nos despertábamos temprano para prepararle algo a Catrina para que almuerce en su descanso?
- Sí, lo recuerdo. No fueron muchas veces. Recuerdo que la abrazamos antes de levantarnos a cocinar.
- Te veo triste. ¿Ocurre algo?
- No te preocupes. No es nada.
- Es por San Valentín, ¿verdad?
- No, nada de eso.
- No me engañas. Te pones tan deprimido.
- Será el primer San Valentín que la pase sin Catrina. Eso me deprime.
- Me lo imaginaba. ¿Crees que Catrina esté así de deprimida como lo estás tú?
- Sinceramente, no.
- ¿Por qué?
- Porque ella ha llevado la ruptura muy bien. Yo, en cambio, me siento terrible.
- ¿Te puedo decir algo?
- Si no es alguna de tus bromas, pues sí.
- Okey. Solo quería que supieras que te considero un gran amigo y una contraparte estupenda...
- Gracias...
- ...Pero eres tremendo llorón hijo de puta.
- ...Estoy de acuerdo.
- ¿Y sabes por qué te lo digo?
- No quiero saberlo.
- Porque crees que, como no podrás quizá volver con Catrina, no podrás conseguir a una chica mejor que ella.
- ¡No es cierto!
- Si no es cierto, entonces por qué no sales y vas en busca de tu verdadero amor.
- ¿Insinúas que Catrina no es mi verdadero amor?
- A estas alturas, sí.
- Pues te equivocas.
- ¿Crees eso?
- Sí, lo creo.
- Entonces, respóndeme. ¿Consideraste en algún momento que Rosmery pudo haber sido tu verdadero amor?
- ...
- Anda, responde.
- Sí, pero...
- Okey, consideraste que Rosmery pudo haber sido tu verdadero amor. Si es así, ¿por qué la dejaste por una muchachca de doce años?
- Porque desde que estuvimos hasta que terminara el tercer año de secundaria, pasaron 3 meses. Estuvimos cuatro meses más, hasta abril del 2007. No la veía mucho en esos cuatro meses. Me acerqué más a Sheyla y sucedió lo que sucedió.
- Okey, me parece buena tu respuesta. ¿No crees que pueda suceder lo mismo con Catrina?
- No puedo comparar la relación que tuve con Catrina con la que tuve con Rosmery. Con Rosmery estuve siete meses, en ese tiempo yo solo tenía 14 años. Con Catrina estuve 23 meses, desde cuatros meses después de haber cumplido 16 hasta tres meses después de haber cumplido 18. Con Catrina viví y experimenté muchas cosas. Con Catrina caminé, corrí, bailé (aunque poquísimas veces), lloré y demás cosas que recuerdo y no recuerdo. Viví cosas que no viví con ninguna otra ex.
- Te creo y te creo porque cambiaste algunas cosas con ella. Pero quiero que tú me lo digas. ¿Qué cosas cambiaste antes de estar con Catrina?
- Cuando estuve con Rosmery y Sheyla, me di cuenta que yo me vestía muy mal. Comencé a vestirme mejor. Decidí ser más cariñoso. Con Sheyla, me percaté que me gustaba más beber cerveza que estar con ella.
- Pero los primeros meses que estuviste con Catrina seguiste bebiendo.
- Sí, pero es diferente.
- Ilústrame.
- Escucha... Cuando yo estuve con Sheyla, bebía cerveza. Cuando Sheyla me visitaba, yo prefería mil veces beber cerveza y luego hablar y besar a Sheyla.
- Okey.
- Y cuando estuve con Catrina, seguí bebiendo. Pero la diferencia es que yo bebía con ella, me divertía con ella, compartía con ella. Esa es la diferencia entre Catrina y cualquier otra relación que tuve antes de ella.
- ¿Por eso consideras a Catrina tu verdadero amor?
- La consideré el amor de mi vida.
- ¿La consideraste?
- Sí, porque ahora no estoy seguro si ella de verdad quiere volver conmigo.
- Ella quiere que cambies.
- Sí, lo sé.
- ¿Lo estás haciendo? No lo estás haciendo. ¿Por qué no lo haces?
- ¿Quieres que te diga por qué no lo hago? Okey, te lo diré.
- Estoy esperando.
- Porque al no tener a Catrina, no tengo por qué cambiar.
- Pero se supone que tienes que cambiar aquellos defectos para que ella crea que sí quieres estar con ella.
- Y ahí es donde entra mi temor. Si yo logro eliminar la mayoría de mis defectos, puede ser que ella me diga: "Sí, quiero volver contigo, porque te estás esforzando en cambiar aquellos detalles que provocaron el fin de nuestra relación". Pero, ¿qué ocurre si ella no desea estar conmigo nuevamente? 
- Pues, yo creo que en ese caso te hará muy bien el haber cambiado y, además, sería muy afortunada la futura chica que quiera estar contigo. 
- ¡Pura mierda!
- ¿?
- Al carajo todo lo que habría hecho por Catrina y seguiré siendo el mismo. 
- ¿Sabes que lo que conversamos sale publicado en el blog? ¿no?
- ...
- ...
- Feliz San Valentín.
- Lo sabes, ¿no?
- ¿Puedes callarte?
- Está bien.
- Gracias.
- Descansa.
- Igual tú.

Él se acostó boca arriba en su cama. No puede dormir así. Gira hacia uno de los lados y susurra: "Catrina".

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